domingo, 2 de octubre de 2011

Absurdo…parte 2



      Y entonces se vio un espejo. Y supo quién era. Y lloró porque durante el viaje no pudo manejar tanto equipaje, porque nunca volvería a ser tan libre como entonces. Y, mientras rozaba ese tiempo con los dedos lo veía alejarse. O quizás, simplemente, por fín lo vió tal y como era. Un paréntesis irreal, al que se había aferrado inutilmente. Realidad inventada. 
 Pero eso ya no importaba. Porque sólo lo sabía ella. Porque las cosas que se callan terminan por desaparecer para los demás. Aunque duela el estómago. Aunque no se arrepienta. Aunque no entienda. Aunque quiera.


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