A veces no estás.
Son pequeños momentos, casi insignificantes victorias.
Los guardo con cuidado, bajo llave, como un tesoro.Porque son escasos y brillantes.
A veces.
Porque el resto del tiempo, todos esos minutos que están antes y después del olvido, que son muchos(casi un todo) los dejo sueltos.
Como un boomerang, salen disparados. Un pinchazo en el estómago me indica que van a volver. Como siempre. Y tú con ellos.
Enganchado al último segundo en el que paladeé tu nombre, son unos segundos que se vuelven horas lentas y pegajosas.
Días, meses...sin más que esto. Boomerangs. Uves de madera.