jueves, 3 de mayo de 2012

Se entretiene, mirando al vacío, trenzando un mechón de su pelo. El sol lo hace brillar algunas veces. Las flores, casi secas, siguen en el vaso. Jarrón improvisado a destiempo. Pero todavía queda algo de su olor en el aire que recuerda que, una vez, trajeron la alegría con ellas ayudándonos a imaginar que allí fuera había toda una vida esperando.