lunes, 19 de septiembre de 2011

Via

Subo al tren. Y sé que tiene que parar. Pero no quiero pensarlo. Y ahora, tras saltar en marcha...me acurruco junto a la vía, quieta, intentando escuchar algún sonido de locomotora, el rugido de la máquina rozando contra el suelo, una señal en el cielo, línea blanca trazada por el humo y el vapor...
           Pero nada surge, nada oigo, nada veo. Y empiezo a estar incómoda, así,  quieta. Los músculos se agarrotan. Levantarme será doloroso pero si aguanto más así, quizás, el dolor sea mayor.
         ¿Es hora de cambiar de postura para soportar mejor la espera? ¿Es necesario dejar de esperar?


Dudaste pero no quisiste arriesgar, nunca fuiste muy valiente…”